Leído el 02/04/08 en el recital homenaje por Malvinas


Hoy la pregunta es: ¿A los 649 muertos de malvinas los mataron las balas de los ingleses, o los mató la dictadura y la credulidad y apoyo absurdo de nuestro pueblo?
¿Los mató una bomba que hundió un buque que no estaba en campo de guerra o la locura de un tipo que no conoció otro hielo frío y seco que el de su vaso de whisky?
La mismos tipos que tuvieron huevos para entrar en una casa y sacar a la gente de los pelos, torturarlos y matarlos, pero que no pisaron Malvinas, sino que mandaron a pibes más jóvenes que la mayoría de nosotros, porque sabían que esa guerra era una locura.
“A 25 años de Malvinas el tema estará solucionado”, fueron palabras del ex presidente Néstor Kirchner, haciendo alusión a la situación post guerra de los ex combatientes.
Sin embargo, a 26 años de la guerra de Malvinas en nuestro país existen miles de veteranos de guerra que no han sido reconocidos por su labor y participación en la misma; el argumento oficial es que “no participaron en forma directa” en dicho conflicto armado, desconociendo así todas las acciones bélicas realizadas fuera de las islas.
Miles de ex soldados durante estos años de lucha han formado distintas agrupaciones en el país y han logrado a través del Senado de la Nación conseguir que se presentara un proyecto de ley (S 563/07) que contempla la situación de los no reconocidos, pero dicho proyecto todavía no ha sido tratado por las distintas comisiones debido a la falta de compromiso político de nuestros representantes nacionales.
El Ministerio de Defensa publicó en su página web (www.mindef.gov.ar) la nómina completa de los veteranos de la guerra de Malvinas que reúnen los requisitos para cobrar una pensión de guerra. Y lo que asombra no es sólo que hay miles de personas que participaron y que aún no son reconocidas como tales, sino que además, entre estos nombres, podemos encontrar a los represores Jorge “Tigre” Acosta y Adolfo Donda, entre otros, todos ellos investigados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar.
La misma dictadura que, en un manotazo de ahogado, viendo su poder político y económico debilitaado, y en un último intento por perpetuarse en el gobierno, a través del por el entonces presidente Leopoldo Fortunato Galtieri, mandó a morir a cientos de pibes de 18 años a una guerra que bien sabía de antemano, no ganaríamos.
No podemos olvidarnos de la complicidad del gobierno defacto chileno de Pinochet, del presidente estadouniodense Ronald Reagan, entre otros tantos, pero sobre todo, de la complicidad de los medios nacionales de comunicación y de nuestro pueblo que salió a las calles a apoyar esta aventura de Galtieri como si se tratase de un mundial de fútbol.
Pero la guerra no es partido de fútbol y, a diferencia de los ídolos de la selección, a los pibes de malvinas no fue ha a recibirnos nadie; podría decirse que daban vergüenza y por ello fue que su vuelta al país fue casi secreta.
Había que esconderlos; perdieron, volvieron medio locos, pasaron a ser fantasmas...
En la actualidad, existen en nuestro país aproximadamente 24.000 veteranos de este conflicto, con necesidades concretas de asistencia, salud y empleo, entre otras.
Al día de hoy se contabilizan más de 350 suicidios de ex combatientes de malvinas, es decir, más gente de la que murió en combate en la isla, sin contar a los chicos que fallecieron tras el hundimiento del Belgrano.
Y de aquí, la respuesta a mi pregunta inicial:Pareciera ser que la hipocresía, el desamparo, la terrible espalda que les dio el estado a través de los diferentes gobiernos que se sucedieron, la discriminación y la falta de memoria, tuvieron aún más poder que las balas.


Fabio Gabriel Ramos